El volumen escultórico como instalación y montaje.
Por Carolina Lara
La artista formada a principios de los años 80 en la Universidad de Chile, aprendió la técnica de la fundición junto al maestro Juan Egenau en su ultimo año de Universidad. Egresa el año 90 con distinción máxima de licenciatura en artes plásticas con mención en escultura.
Desde los primeros años hasta la fecha, la artista ha explorado las distintas y variadas posibilidades del metal, obteniendo una obra sólida y creativa, de lenguaje abstracto.
A su vez, este concepto de montaje escultórico lo lleva trabajando desde sus inicios, en el año 1988, en su primera muestra individual en galería Espaciocal, en donde instaló sus volúmenes de pequeño formato, en disposición de la sala, formando una sola obra.
Cuenta con un amplio trabajo de fundición en distintos metales, tales como aluminio, bronce, fierro y cobre. Ella se sitúa en un contexto escultórico de lenguajes problematizados, ha extremado ciertos elementos de la disciplina, excediendo lo escultórico para recurrir a estrategias propias de la arqueología o la gráfica.
Trabaja volúmenes simples, explorando la riqueza expresiva de los metales, y otorgándoles nuevas cualidades. La escultora trabaja con las sensaciones de masa y contrapeso para referirse a otro orden de la realidad. Juega con formatos mayores y también con la mínima presencia
Pero, sobre todo, extrema el tratamiento de la superficie del metal hasta volverlo una piel plena de signos. La artista labora con la precisión de un grabador sobre su matriz xilográfica. A través de brillos, pulidos y opacidades, va dejado incisiones sobre el metal, cicatrices, señales, letras y códigos a veces indescifrables.
Actualmente la artista se encuentra investigando el volumen escultórico como instalación y montaje, trabajando directamente con el espacio dado de la galería o cualquier otro espacio expositivo.
Carolina Lara es una periodista especializada en Artes Visuales en Santiago de Chile.